Existen momentos en la historia de las personas, de los pueblos, y en este caso de las iglesias, como comunidades humanas y espirituales, que pueden marcar un antes y un después en su desenvolvimiento. El encuentro del papa FRANCISCO y del patriarca Ortodoxo Kiril, iglesias separadas durante siglos, es un de esos momentos que quedará en la historia y en la memoria de creyentes y de no creyentes. ¿Existe algo más grande e importante que el diálogo? ¿Se ha inventado alguna fórmula, cuando existen diferencias que parecen insalvables, que no sea sentarse y ponerse a hablar? Simplemente, no. La única mediación que tenemos los seres humanos, aún discrepando profundamente, es hablar, argumentar, dar razones en favor y en contra, sin importar que el resultado sea el acuerdo, o el desacuerdo definitivo. Sólo hablando se pueden evitar las trágicas consecuencias, como puede ser el uso de la violencia o de la imposición del más fuerte, realidades que, tristemente, vemos a diario. ¿Cómo se pudo haber tardado tanto tiempo en tener un gesto así, en sentar a dos confesiones hermanas para iniciar un diálogo de iguales? Las razones pueden ser variadas, pero lo importante es que estos dos líderes religiosos se han "sentado", señalando y significando con este gesto un nuevo horizonte de entendimiento y de diálogo, que podría resumirse en esto: no es posible encontrar soluciones sino es con la disposición de encontrar los puntos comunes, de ver primero aquello que nos une; de no mirar tanto hacia el pasado, que puede llegar a anquilosarnos, sino hacia el futuro que puede abrirnos caminos nuevos de concordia. Seguro que en el camino descubriremos que estábamos más cerca que lo que pensábamos cuando empezamos a dialogar. El mundo -"aldea global"- necesita más que nunca líderes así de audaces que miran al futuro para solucionar los problemas que ahora son globales, a los cuales no podemos ser indiferentes.
Termino con la cita de MARTIN GELABERT OP, tomado de su blog:
"Lo ocurrido en La Habana es un primer paso. Si buscamos de verdad la unidad habrá que dar otros. Pero para dar otros, era necesario dar el primero. La unidad se construye caminando juntos. Y hay muchas cosas que podemos hacer juntos. Respetar los unos la misión de los otros, colaborar en acciones caritativas y en la defensa de la paz, buscar modos conjuntos de anunciar el Evangelio pueden ser pasos realistas, que nos conduzcan, para decirlo con las mismas palabras de Francisco y Kiril, “a la obtención de la unidad mandada por Dios”
Termino con la cita de MARTIN GELABERT OP, tomado de su blog:
"Lo ocurrido en La Habana es un primer paso. Si buscamos de verdad la unidad habrá que dar otros. Pero para dar otros, era necesario dar el primero. La unidad se construye caminando juntos. Y hay muchas cosas que podemos hacer juntos. Respetar los unos la misión de los otros, colaborar en acciones caritativas y en la defensa de la paz, buscar modos conjuntos de anunciar el Evangelio pueden ser pasos realistas, que nos conduzcan, para decirlo con las mismas palabras de Francisco y Kiril, “a la obtención de la unidad mandada por Dios”